El uso de carillas dentales ha crecido en popularidad dentro de la población de pacientes como una rama de la estética-odontológica-, ofreciendo una solución rápida y efectiva para mejorar la apariencia de los dientes. Sin embargo, desde una perspectiva de conservación del diente y/o salud de este, es necesario revisar que involucra este procedimiento antes de tomar la decisión de realizarlo, especialmente cuando nos referimos a preparación/acondicionamiento del diente (para la futura carilla) y los efectos a largo plazo en la salud dental.
Entendiendo las carillas dentales
Las podríamos describir como finas láminas de material, generalmente porcelana o resina compuesta, que se adhieren a la superficie vestibular o frontal (lo que se observa de los dientes). Se utilizan generalmente para corregir diversas imperfecciones estéticas, como dientes descoloridos, desgastados, fracturados, desalineados, caries o alteraciones en su forma. Aunque la promesa de una sonrisa perfecta es tentadora, el proceso de colocación de carillas requiere la alteración irreversible de la estructura dental (en la mayoría de los casos), lo cual es un punto determinante en la odontología mínimamente invasiva.
Preparación del diente: un proceso irreversible
La preparación del diente para recibir una carilla implica la eliminación de una capa del esmalte dental. Esta capa, que puede variar en grosor según el caso y el tipo de carilla, se elimina para crear espacio para la carilla y asegurar que ésta se adhiera correctamente y se vea natural, ya que de no ser así, la terminación en relación al diente no sería plana o ajustada, quedando un defecto en la transición -resalte o relieve-. Este paso es fundamental, pero también es donde se genera una de las principales preocupaciones.
El esmalte dental es la capa más externa del diente y actúa como una barrera protectora de las áreas internas que son la dentina y la pulpa, una vez que se elimina, no se regenera. Por lo tanto, una vez que se coloca una carilla, el diente siempre requerirá algún tipo de restaq1uración, ya sea una nueva carilla o algún otro tratamiento, si la original se daña o se desgasta con el tiempo.
Riesgos y consideraciones a largo plazo
Esta pérdida de esmalte es algo que debemos considerar antes de realizar un tratamiento de estas características. La odontología mínimamente invasiva, se enfoca en preservar tanto como sea posible la estructura dental natural, ya que es esencial para la salud a largo plazo del diente. La eliminación del esmalte no solo expone el diente a un mayor riesgo de sensibilidad dental, sino que también puede comprometer su integridad estructural con el tiempo. Aunque las carillas pueden durar muchos años, no son permanentes y eventualmente necesitarán ser reemplazadas en caso de aparecer caries - que pueden aparecer por un incorrecto ajuste y/o adhesión al diente-. Además, si una carilla se fractura o se desprende, dependiendo del caso puede ser necesario realizarla nuevamente.
Por lo anterior, es importante evaluar estos riesgos frente a los beneficios estéticos de las carillas. Si bien la apariencia de una sonrisa ideal puede parecer una mejora significativa, los efectos a largo plazo en la salud dental deben ser una consideración principal, entonces ¿Qué posibilidades tengo?
Alternativas mínimamente invasivas (o de menor daño para el o los dientes)
Antes de optar por carillas, los pacientes y sus odontólog@s deben considerar alternativas menos invasivas, que podrían ofrecer resultados satisfactorios sin comprometer tanto la estructura dental natural. Algunas de estas opciones incluyen:
- Blanqueamiento Dental: Para aquellos pacientes preocupados por el color de sus dientes o el cambio de coloración de un diente que recibió un trauma/golpe o que presenta un tratamiento de conducto que con el tiempo se volvió oscuro; el blanqueamiento dental puede ser una solución eficaz. Este procedimiento no invasivo preserva la estructura del diente mientras mejora su apariencia.
- Ortodoncia: Si el problema es la alineación de los dientes, la ortodoncia puede ofrecer una solución a largo plazo sin la necesidad de alterar permanentemente el esmalte dental. Aunque el tratamiento ortodóntico puede ser más largo, mantiene la integridad de los dientes naturales.
- Perfilado con composite/resina (tapadura blanca): Esta técnica puede corregir imperfecciones menores sin la necesidad de una preparación o desgaste extenso del diente, que consiste en el uso de composite/resina compuesta para reparar pequeños defectos.
- Mantenimiento y Cuidado Preventivo: A veces, una mejora en la rutina de cuidado dental puede ser suficiente para abordar problemas estéticos menores. Una buena higiene oral, combinada con visitas regulares al dentista, puede prevenir la necesidad de procedimientos más invasivos.
La importancia de estar bien informado
Es fundamental que los pacientes estén bien informados sobre los procedimientos que están considerando. La decisión de colocar carillas debe tomarse con una comprensión clara de lo que implica la preparación y desgaste del diente, así como de los riesgos, consecuencias y las responsabilidades de mantenimiento a largo plazo. Los profesionales odontólog@s deben guiar a sus pacientes a través de esta decisión, proporcionando una evaluación honesta de si las carillas son realmente la mejor opción en su caso particular.
La odontología mínimamente invasiva y la Clínica Bonsai no rechazan las innovaciones estéticas, pero enfatizan la importancia de preservar la salud y la estructura natural de los dientes tanto como sea posible.
Al considerar las carillas, los pacientes en conjunto con el odontólog@ tratante deben evaluar cuidadosamente los beneficios estéticos frente a los posibles impactos en la salud dental a largo plazo. Con una evaluación completa y una discusión honesta, es posible tomar una decisión informada que respete los principios de la odontología mínimamente invasiva, mientras se logra una sonrisa hermosa y saludable.
¿Qué piensas ahora? ¿Una solución rápida o una con mayor conciencia de salud?